martes, 13 de marzo de 2012

Pastelitos de masa philo rellenos de gambas, champiñones y almendras.

La primavera va asomando la cabeza y a una le entran ganas de hacer cosas, de quedar con gente, de postear más en el blog... Cuando llevas 9 meses a régimen el cuerpo te va pidiendo variedad. Es entonces cuando empiezas a ver programas como el de Cook Yourself Thin de Channel 4 y piensas que en realidad no es tan complicado hacer que las recetas ricas puedan tener muchísimas menos calorías y grasas. Echo de menos los alimentos fritos; me encanta su textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Así que, un poco a modo de consolación y otro poco para gastar la ingente cantidad de comida que guardo en el congelador, me animé a hacer estos pastelitos que van perfectos para el aperitivo del domingo. Podéis ver cómo formar los triángulos en este vídeo a partir del minuto 4:26.

Ingredientes para 20 unidades:
Para el relleno:
100gr de champiñones frescos.
1 taza de gambas peladas (yo he usado las que vienen congeladas).
1 cebolla pequeña.
1/2 taza de almendras en láminas.
1/3 taza de brandy.
3 cucharadas de aceite de oliva.
1 cucharada de perejil picado.
Sal y pimienta negra al gusto.
1/3 taza de salsa de tomate.
1 taza de nata líquida.
Para la masa:
1 paquete de masa philo refrigerada de la que venden en los supermercados (Carrefour la tiene de su propia marca y sale buena).
1/3 taza de aceite de oliva.

Lo mejor es preparar el relleno la noche anterior para que, por un lado, le de tiempo a enfriarse y, por otro, los sabores se amalgamen mejor y sean más intensos.

Lo primero: pela la cebolla y pícala bien fina. Echa en una sartén 3 cucharadas de aceite de oliva y, con el fuego medio, agrega la cebolla para que se vaya ablandando poco a poco. Es buen momento para cortar la parte terrosa de los pedúnculos de los champiñones y lavarlos bien. Sécalos y córtalos en rodajas. No hace falta que sean muy finas. Cuando los tengas, ponlos en la sartén junto a la cebolla para que se vayan ablandando. Deja que pasen unos 3 minutos y agrega las gambas peladas. Remueve un poco con una cuchara de madera para que se hagan por todas partes. Esto te llevará unos 5 minutos a lo sumo.

Después: sube la intensidad del fuego al máximo, echa el perejil picado, salpimienta, y añade el brandy. Empezará a salir humor de la sartén, es el alcohol que se evapora. Cuando ya apenas humee, baja de nuevo el fuego y echa la salsa de tomate. Remueve. Echa ahora la nata líquida y vuelve a remover para que quede todo ligado. Cuando quiera empezar a hervir, retíralo del fuego y echa por encima las almendras laminadas. ¡Relleno listo para enfriar!

Final: abre el paquete de masa philo. Te encontrarás con un montón de láminas super finas de corte rectangular. Coge un cortador de pizza, de esos redondos, y ve cortando el rectángulo a lo ancho en tiras de unos 4 dedos de grosor. Cuando hayas cortado la primera, ponla como medida para cortar las siguientes. Ahora extiende uno de los trozos sobre la mesa y, con un pincel, úntalo ligeramente con aceite de oliva. Pon encima otro trozo para que queden pegados. Y, tal como se muestra en el vídeo, pon en uno de los extremos una cucharada de la mezcla y ve plegándolo formando un triángulo. Al final, unta el pico que sobra con aceite para poder fijarlo al triángulo. Ésta es una de esas cosas que es difícil de explicar con palabras pero que, viéndolo, se capta enseguida. Es muy entretenido hacer los pastelitos y luego podéis congelarlos perfectamente. Sólo tenéis que ponerlos en una bandeja, separados unos de otros y, cuando ya estén congelados, meterlos todos juntos en una bolsa con cierre zip. Os pueden durar tranquilamente hasta 6 meses.

Para cocinarlos hay dos opciones; los puedes freír en abundante aceite caliente (se doran muy rápido así que no dejes la sartén desatendida) y los puedes hacer en el horno, a 180ºC unos 8 minutos. Los pones sobre papel encerado para que no se peguen a la bandeja y los metes en el horno precalentado. Yo los he hecho en una máquina que es una freidora sin aceite de la marca Tefal. En realidad no es más que un horno de aire caliente pero tiene la ventaja de que no tengo que andar calentando todo un horno cada vez que me apetece comer unas cuantas. Es obvio que la opción de hornearlas es muchísimo más ligera que la frita. ¡Y quedan crujientes, crujientes!

4 comentarios:

  1. Mercedes SGarcía13 de marzo de 2012, 5:48

    joe a la hora de comer y veo esto...........

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  2. Pues ya sabes, a remangarte y a cocinar! Que no veas lo que relaja... :)

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  3. si claro.... no no que pa la cocina soy mu vaga...

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  4. Puedo decir que la combinación de sabores de las gambas con los champiñones y la almendra es excelente. Sumando el toquecillo de sabor del tomate con la nata líquida... uff!!!

    Angel.

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