Volovanes rellenos de pollo y champiñones.

Hay veces en las que vas a un restaurante y te encanta alguno de los platos y, lo mejor, consideras que son lo suficientemente fáciles de hacer como para que formen parte de tu recetario. Esto mismo me pasó con estos volovanes que probé en un restaurante pseudo italiano del que siempre salgo contenta. Otro día os pongo otra receta del mismo sitio...
Ingredientes:
1 caja de volovanes ya hechos (o una bandeja, depende de si los coges en la sección de panadería o no).
1 brick de bechamel (mi marca favorita es parmalat, buena textura y poco salada).
1 bandeja de champiñones frescos.
2 antemuslos de pollo, (o media pechuga, para los más miedosos del cuchillo).
Media cebolla.
Queso mozarela.
Una pizca de nuez moscada.
Sal.
Vino blanco.
2 cucharadas de salsa de soja.
Lo primero: se cortan los champiñones en trozos pequeños (incluyendo los pedúnculos) y la cebolla se pica bien menudita. Los antemuslos se deshuesan y, de los filetes que saques, los partes en trozos. (Que no sean muy pequeños, tamaño "bocado").
Después: pones en la sartén tres cucharadas de aceite de oliva y echas la cebolla para que se vaya ablandando. Cuando veas que va quedando transparente, echas los champiñones y los sofríes bien. Luego echa los trozos de pollo y remueve hasta que se doren. Añade la salsa de soja, y un cuarto de vaso de agua lleno de vino blanco. Llévalo a ebullición para que el alcohol del vino se evapore. Pruebalo y añade sal al gusto. Le añades la bechamel y lo mezclas bien con una cuchara.
Final: Sacas los volovanes del paquete y los pones en una bandeja del horno. Rellenas con una cuchara el interior con la mezcla que hemos hecho. Y le pones sobre ello un buen puñado de queso mozarela. Los pones en el horno a gratinar a 190º durante 11 minutos.
¡Listo!