Hace unos días me compré unos moldes de silicona (flaneras) de Lekué y, en la caja, venía un libro con algunas recetas. Vi una en concreto que tenía una pinta deliciosa así que me decidí a boicotear el plan bikini y cocinarlo. Eran unos muffins rellenos de jamón dulce y queso. Cuando los saqué del horno se veían muy apetitosos pero cuando los probé..... uf, es una de las cosas más desagradables que he probado, os lo juro.
Así que llegué a la conclusión de que hay recetas que no funcionan; que prometen un resultado que distará mucho de la realidad. No era un bizcocho salado lleno del sabor del queso y del jamón, era una masa insulsa con un lejano sabor a bizcocho amargo. En fin, estas cosas pasan y sólo quería compartirlo con vosotros.
Así que llegué a la conclusión de que hay recetas que no funcionan; que prometen un resultado que distará mucho de la realidad. No era un bizcocho salado lleno del sabor del queso y del jamón, era una masa insulsa con un lejano sabor a bizcocho amargo. En fin, estas cosas pasan y sólo quería compartirlo con vosotros.
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