Siempre me he considerado una negada para los panes. Es que ni con panificadora me salían bien, ¡coño! Pero claro, luego resulta que no utilizaba la levadura adecuada. Porque, señores, la levadura no es levadura y punto; es levadura normal de tipo Royal (que se usa para los bizcochos) y la levadura de panadería que, como su propio nombre indica, es para masas de pan, brioches, etc... En fin, que sigo con mi neura de la comida hindú y ahora le toca el turno a uno de los panes que tienen en su gastronomía. Si llego a saber que es tan fácil hacerlos, nunca me habría planteado gastarme un pastizal absurdo comprándolo en el carrefour ya hecho.... ¡Nunca más!
Los ingredientes:
2 tazas de harina.
1 cucharilla de levadura de panadería.
1 cucharilla de sal.
1 cucharilla de azúcar.
2 cucharadas de aceite.
2 cucharadas y media de yogur natural.
3/4 de taza de agua templada.
Lo primero: disuelve la levadura en el vaso de agua templada (si es necesario, métela un poco en el microondas) y déjalo reposar. Mientras, en un bowl echa una taza y media de harina, la sal, el azúcar, el aceite, el yogur, y finalmente el agua con la levadura. Es hora de amasar con la mano. Cuando esté todo bien mezclado, te encontrarás con una masa pegajosa y amarillenta. Echa a pocos harina y sigue amasando hasta que tengas una masa que se pueda manejar. Ponla en un bowl limpio y cúbrela con un paño limpio. Esto tienes que dejarlo al menos 4 horas a temperatura ambiente. Lo que yo hice fue dejarlo mientras trabajaba.
Después: cuando ya haya reposado la masa, pon el horno a calentar a 220ºc con la bandeja honda dentro. Mientras, amasa un poco para quitar el aire de la masa y divídela en 6 trozos. Ponte harina en las manos y coge uno de los trozos, ponlo sobre la encimera y con la ayuda de un rodillo aplánalo hasta una altura de 1 cm.
Final: cuando el horno haya cogido la temperatura, pon los panes naan sobre la bandeja y déjalos 6 minutos. Es tiempo suficiente para que se hagan bien, verás cómo se hinchan un poco y quedan dorados. Apaga el horno y saca los panes. Ponlos sobre la tabla de madera. Ahora con una brocha, cúbrelos un poco con mantequilla derretida.
Yo no le puse mantequilla. En un bowl mezclé aceite de oliva con un poco de pasta de ajo. Así me quedaron los naan con sabor a ajo y a oliva. Increíbles de buenos.
Se conservan muy bien en una bolsa de estas herméticas. Sólo tienes que calentarlos a la hora de comerlos en el tostador.
Los ingredientes:
2 tazas de harina.
1 cucharilla de levadura de panadería.
1 cucharilla de sal.
1 cucharilla de azúcar.
2 cucharadas de aceite.
2 cucharadas y media de yogur natural.
3/4 de taza de agua templada.
Lo primero: disuelve la levadura en el vaso de agua templada (si es necesario, métela un poco en el microondas) y déjalo reposar. Mientras, en un bowl echa una taza y media de harina, la sal, el azúcar, el aceite, el yogur, y finalmente el agua con la levadura. Es hora de amasar con la mano. Cuando esté todo bien mezclado, te encontrarás con una masa pegajosa y amarillenta. Echa a pocos harina y sigue amasando hasta que tengas una masa que se pueda manejar. Ponla en un bowl limpio y cúbrela con un paño limpio. Esto tienes que dejarlo al menos 4 horas a temperatura ambiente. Lo que yo hice fue dejarlo mientras trabajaba.
Después: cuando ya haya reposado la masa, pon el horno a calentar a 220ºc con la bandeja honda dentro. Mientras, amasa un poco para quitar el aire de la masa y divídela en 6 trozos. Ponte harina en las manos y coge uno de los trozos, ponlo sobre la encimera y con la ayuda de un rodillo aplánalo hasta una altura de 1 cm.
Final: cuando el horno haya cogido la temperatura, pon los panes naan sobre la bandeja y déjalos 6 minutos. Es tiempo suficiente para que se hagan bien, verás cómo se hinchan un poco y quedan dorados. Apaga el horno y saca los panes. Ponlos sobre la tabla de madera. Ahora con una brocha, cúbrelos un poco con mantequilla derretida.
Yo no le puse mantequilla. En un bowl mezclé aceite de oliva con un poco de pasta de ajo. Así me quedaron los naan con sabor a ajo y a oliva. Increíbles de buenos.
Se conservan muy bien en una bolsa de estas herméticas. Sólo tienes que calentarlos a la hora de comerlos en el tostador.
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