Lo especial de esta pizza es que me he animado a hacer la masa yo misma. Una experiencia un poco trabajosa pero que merece la pena el resultado. Para la próxima vez que me anime a hacerla, haré bastante masa para poner congelarla para varias veces. Las medidas que os doy hoy son para dos pizzas medianas.
Los ingredientes:
1 sobre levadura de panadería.
1/2 cucharilla de sal.
1/2 cucharilla de azúcar.
1 taza de agua templada.
2 y 1/2 tazas de harina de trigo.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 cucharillas de maicena.
Lo primero: Pon en un cuenco el agua con la levadura y revuelve bien con una cucharilla para que se disuelva. Mientras, en un bowl grande pon 1 taza y 1/2 de harina, el azúcar, la sal, el aceite y la maicena. Mézclalo bien y, finalmente, echa el agua con la levadura. Mézclalo todo con ayuda de una cuchara para no pringarte más de lo necesario y cuando ya sea una masa espesa, espolvorea harina y echa la masa ahí. Es hora de amasar e ir agregando harina a pocos hasta que la masa sea manejable. Una manera de ver si está ya es metiendo el dedo y, si cuando lo quitas el agujero que has formado desaparece, eso es que está ya lista.
Después: Pon la masa en un bowl y cúbrela con un paño limpio. Déjala leudar al menos media hora. Puedes mientras ir preparando los ingredientes que le quieras poner. En este caso yo le puse unos trozos de bacon que tenía por la nevera, tomate, mozzarella rallada, pimientos rojos de bote, y cebolla frita del Ikea.
Final: Pon el horno a precalentar a 210ºc con la bandeja donde vas a hornear la pizza dentro. Saca la masa del bowl y amásala un poco para quitar el aire. Con ayuda de un rodillo estirala pero no la dejes demasiado fina. Saca con cuidado la bandeja del horno y ponla sobre la tabla de madera. Pon la pizza sobre la bandeja (oíras cómo cruje la masa al contacto con la plancha caliente) y rellénala lo más rápido que puedas con los ingredientes. Echa las hierbas que quieras, yo le eché orégano. Abre de nuevo el horno y mete la pizza a hacerse durante unos 18 minutos.
Lo que se consigue poniendo la pizza sobre una bandeja ya muy caliente es que quede una base super crujiente. ¡Y ya está lista!
Los ingredientes:
1 sobre levadura de panadería.
1/2 cucharilla de sal.
1/2 cucharilla de azúcar.
1 taza de agua templada.
2 y 1/2 tazas de harina de trigo.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 cucharillas de maicena.
Lo primero: Pon en un cuenco el agua con la levadura y revuelve bien con una cucharilla para que se disuelva. Mientras, en un bowl grande pon 1 taza y 1/2 de harina, el azúcar, la sal, el aceite y la maicena. Mézclalo bien y, finalmente, echa el agua con la levadura. Mézclalo todo con ayuda de una cuchara para no pringarte más de lo necesario y cuando ya sea una masa espesa, espolvorea harina y echa la masa ahí. Es hora de amasar e ir agregando harina a pocos hasta que la masa sea manejable. Una manera de ver si está ya es metiendo el dedo y, si cuando lo quitas el agujero que has formado desaparece, eso es que está ya lista.
Después: Pon la masa en un bowl y cúbrela con un paño limpio. Déjala leudar al menos media hora. Puedes mientras ir preparando los ingredientes que le quieras poner. En este caso yo le puse unos trozos de bacon que tenía por la nevera, tomate, mozzarella rallada, pimientos rojos de bote, y cebolla frita del Ikea.
Final: Pon el horno a precalentar a 210ºc con la bandeja donde vas a hornear la pizza dentro. Saca la masa del bowl y amásala un poco para quitar el aire. Con ayuda de un rodillo estirala pero no la dejes demasiado fina. Saca con cuidado la bandeja del horno y ponla sobre la tabla de madera. Pon la pizza sobre la bandeja (oíras cómo cruje la masa al contacto con la plancha caliente) y rellénala lo más rápido que puedas con los ingredientes. Echa las hierbas que quieras, yo le eché orégano. Abre de nuevo el horno y mete la pizza a hacerse durante unos 18 minutos.
Lo que se consigue poniendo la pizza sobre una bandeja ya muy caliente es que quede una base super crujiente. ¡Y ya está lista!
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